En la película “9” se presenta la tensión humana entre la
producción intelectual y la espiritual. El científico dice que su máquina fue
un producto hecho a partir de su intelecto, y eso hizo que esta máquina fuera
hostil a su entorno. Para contrarrestar esta amenaza, disemina su alma en nueve
personajes. Algunos de ellos volverán a enfrentar a la máquina como lo hicieron
los humanos en su tiempo, utilizando maquinaria para defenderse, pero el
personaje 9, intuye que utilizando la fuente a su favor, la máquina podrá cesar
su destrucción. Este simbolismo nos dice que la creación espiritual es más
fuerte que la intelectual, si tenemos de fuente a la primera fuerza.
Con esta película se está proponiendo que nuestras
creaciones humanas tengan inspiración espiritual, y además se propone el
cuidado a nuestra relación espiritual con nuestros semejantes (el entierro y el
deseo del descanso de las almas en la película lo atestigua), para que así
desde esta comunión, dar paso a la vivencia y construcción de un mundo
disponible.
Ampliando el foco desde la película hasta la vida humana, me
he sorprendido este último tiempo con el grado de acercamiento que tienen las
obras humanas en nuestras conciencias. En tiempos pasados escuché decir que el
arte no tenía influencia directa sobre las conciencias humanas, pero ahora
vislumbro por un lado la distancia de los formatos, y a la vez la claridad de los
mensajes. Este acercamiento, que a la vez es una distancia que nos permite
desprendernos de ella en caso de que esta realidad nos agobie, puede presentar
creaciones sorprendentes y desconcertantes. Creo que aún en estos días se
valora el capital intelectual que cultivan ciertos seres humanos y que automáticamente
se le atribuyen cualidades morales y espirituales superiores. Esta valoración
de la racionalidad (de la cual se valen en mi opinión los políticos, los
tecnócratas, y los científicos teóricos) puede ser dañina para nuestro progreso
espiritual colectivo, y los inteligentes podrán ser considerados más
indispensables de hacerlos sobrevivir que a los simples, los sabios, los
espirituales, los espontáneos, los impulsivos. No deseo declarar una guerra a
los intelectuales, pero desde la película 9 deseo que consultemos el origen de
nuestros impulsos. La intelectualidad busca anular a su entorno, por el
sentimiento del miedo. La espiritualidad, no busca anular al otro sino que
busca vida, más comunión externa y desarrollo interno. El mito no fue hecho para ser adorado, sino para señalarnos el camino.
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