No nos creas, amigo chilote
cuando te hablamos de independencia
tener bolsillos para acumular
nunca fue tan emocionante.
No nos creas, amigo chilote
si alguien del norte te viene a decir.
No nos creas, amigo chilote
que los moles y casinos
aumentarán tu calidad de vida
porque el problema sigue acá siendo el mismo
y no se solucionó.
No nos creas, amigo chilote
porque nadie de nosotros
sabe tanto como tú.
No creas, amigo chilote
cuando te dicen
que sólo tienen una bonita plaza
recorrida en las comodidades del verano
alejada de los vientos
mares fríos
y soledad.
No creas, amigo chilote
que porque nadie llegó a tu presencia
ahora te vallan a escuchar.
Esa pareja se verá rechazada a tus encantos
transmitidos desde la irrealidad de los concretos
y del azar.
Mejor será que te abalances a tu hermano
ese que justo está esperando afuera en tu esquina
y lo invites a caminar
a un lugar donde puedan tomarse las manos
y escapar.
No creas, amigo chilote
todo lo que viene de afuera.
No creas, amigo chilote
en la adultez económica
en las camisas de fuerza
en los puentes conectantes
en las ruletas luminosas
en los patios de comida
ni en la cultura
esa que dicen ahora que se llama cine.
No nos creas, amigo chilote
si te sermoneamos con lo del patrimonio
si al final nunca reconocemos que los queremos ver iguales
congelados en el tiempo
porque acá en el norte,
todo parece distinto.
No crean, amigos chilotes
en la opinión de un alcalde
porque cuando el pueblo termina por creer en una persona
se las utiliza
y no se las educa para pensar distinto.
No crean, amigos chilotes
en las comodidades de la tele
en el cultivo de los sentidos
ni en la estabilidad.
Una iglesia como esa suele hacerse con dos puertas
para entrar y salir.
No crean, amigos chilotes
ni en sus mitos ni en sus leyendas
protéjanlas del hombre blanco durante algún tiempo
y denles de comer
para que vuelvan a ser temidos y respetados.
Crean
que todo este bochorno pasará
y que nos olvidaremos de ustedes.
En el tema de las noticias
seguimos siendo tan equitativos como siempre.
Si te quisiera mostrar una pantalla
o si te quisiera contar una historia
dejaría de creer, durante un segundo
que en mí has desconfiado
y que te has vuelto avaro con tus pertenencias.
Yo te creo
y mis hermanos también
en que saldrás adelante
y que agradecerás lo que tienes
¡espérame en el verano, amigo chilote!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario