Frente a las turbulencias que levantan la aparición de estas dos expectativas, hay una cita de Nietzsche que puede proponer un estado de pausa en esta situación:
“Es inhumano bendecir cuando nos maldicen”
Pero si a medida que dejamos de preguntarnos por el origen y la intencionalidad de las acciones externas, y nos avocamos a consultar la instropección, cualquier acto posterior proyectado llevará el sello de nuestras luchas internas, siendo el escenario exterior sólo un registro de tales conocimientos personales, y no la búsqueda de supervivencia por la hostilidad percibida en la seguridad ajena. Esta idea puede ser un consejo para los sujetos que se atribuyen la labor de exposición de ideas políticas contemporáneas, donde sus opiniones y críticas han sido tomadas por acciones en sí mismas, reduciendo el incentivo colectivo a hacer actos materiales.

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